MODELOS EDUCATIVOS
 

Congregación

La Congregación Misioneras Hijas de la Purísima Virgen María, fue fundada por el Padre Alberto Cuscó Mir, SJ y la Venerable Madre Julia Navarrete Guerrero, a principios del siglo XX. Cuenta con 42 comunidades de hermanas que tienen como propósito dar testimonio del Evangelio, intentando ser amor y consuelo para los que más sufren en México, Estados Unidos, Perú y África.

 

Esta Congregación, se inspira en la pureza de la Inmaculada Virgen María y en los dolores internos del Sagrado Corazón de Jesús, bajo la guía del Espíritu Santo. Su principal apostolado es la pastoral educativa, formar a los niños, adolescentes y jóvenes ha sido una prioridad desde su fundación en el año 1903, actualmente atienden: 27 colegios particulares en México, dos escuelas parroquiales en Estados Unidos, una escuela en las periferias de Lima, Perú en conjunto con las escuelas -Fe y Alegría- de los Jesuitas, un internado para que se preparen las chicas nativas en Puerto Maldonado, Perú. También se han comprometido con la formación de las niñas huérfanas, abandonadas o en situación de riesgo atendiendo dos Orfanatos.

En Estados Unidos, tres comunidades colaboran en proyectos en favor de los hermanos migrantes y también cuentan con cinco comunidades misioneras: dos en la Huasteca Potosina, México, una en Todos Santos, Baja California Sur, otra en San Ihualtepec, Oax., México y otra en Nigeria África. “Tres de ellas, con nuestros hermanos indígenas, compartiendo la alegría del Evangelio y colaborando en la promoción humana”. “La comunidad de Nigeria da testimonio de la cercanía de Dios entre nuestros hermanos, quienes son los más pobres de los pobres, aquellos que no cuentan para la sociedad en que viven, como son las mujeres, o los que tienen algún defecto y son rechazados por la comunidad y a veces hasta por su propia familia.”

 

Cuentan con dos comunidades de hermanas enfermas y ancianitas; una en Kingsville, Texas y otra en Aguascalientes, México. Estos son lugares privilegiados para atender y cuidar de su salud y también son espacios de oración, desde donde se elevan oraciones por las necesidades del mundo, de la Iglesia y de tantas otras personas que solicitan la oración sacrificada de las hermanas.

“Nuestros Fundadores” dicen ellas, “nos enseñaron a centrar nuestras vidas en el Corazón de Nuestro Señor Jesús, a dejarnos guiar por la acción del Espíritu Santo y a vivir en pureza con la ayuda de la Virgen María, nos formaron en un fuerte sentir con la Iglesia y la Vble. Madre Julia Navarrete nos enseñó con su vida, a vivir la voluntad de Dios, su lema fue: “Lo que Dios quiere, lo quiero yo también”.

 

“Nuestra Congregación desea seguir dando testimonio de Amor y Consuelo al Sagrado Corazón de Jesús, ayudando a nuestros hermanos en sufrimiento, anhela dejarse llevar por el Espíritu hacia donde los signos de los tiempos le señalen y estar en sintonía con la Iglesia y con los clamores de nuestros hermanos. Deseamos llevar el Evangelio a donde Cristo no sea conocido.”